"Río nos ha mostrado que hay muchos más actores que los gobiernos". Así se expresó Yolanda Kakabadse, presidenta de WWF Internacional en la presentación en la última jornada de Río+20 de la Unión Global por la Sostenibilidad, en un acto multitudinario en el que también participaron, entre otros, Marina Silva, ex ministra de medio ambiente de Brasil; Oded Grajew, coordinador general de Nossa Sao Paulo; George Abraham presidente del Instituto Ethos; y Kumi Naidoo, director ejecutivo de Greenpeace Internacional; así como los dos representantes españoles que participan en el comité de este nuevo movimiento: Víctor Viñuales, director de ECODES; y Alicia Torrego, gerente de la Fundación Conama.

"Esta iniciativa es relevante y oportuna. Relevante, porque vamos a contribuir a construir ese futuro que queremos. Y oportuna porque pone de manifiesto que no vamos a esperar a que los gobiernos marquen el camino, podemos actuar conforme a unos objetivos más ambiciosos”, comentó en su intervención la gerente de la Fundación Conama, que se comprometió a promover esta iniciativa en España junto a ECODES. 

¿Qué es la Unión Global por la Sostenibilidad? Nos lo cuenta uno de sus impulsores, Paulo Itacarambí, vicepresidente del reputado Instituto Ethos, una referencia en Brasil en responsabilidad social y corportativa. “Si ves lo que ocurre hoy en la cumbre de Río+20 te das cuenta que hay tres grandes grupos: la sociedad civil, las empresas y los gobiernos”, explica el brasileño. “Se puede constatar la división incluso espacialmente [las ONG están el centro de la ciudad, las empresas en la zona de Copacabana y las delegaciones a las afueras en Riocentro]”. “El resultado de la parte gubernamental de Río+20 son declaraciones de intenciones, hay pocos compromisos de acciones efectivas. Sin embargo, la sociedad ya progresó mucho en los últimos 20 años, incluso las empresas. ¿Qué hacer entonces? La sociedad civil y las empresas no podemos esperar a los gobiernos, la idea es crear un movimiento para que aquellos que quieran actuar ya puedan hacerlo, con compromisos de acción”.

Todo esto se traduce en la Unión Global por la Sostenibilidad, una iniciativa internacional y de carácter multisectorial para aglutinar a todas aquellas personas, organizaciones y empresas que quieran avanzar voluntariamente en el desarrollo sostenible. La idea es muy sencilla: la persona o institución que quiera unirse a la Unión debe realizar de forma voluntaria una declaración pública asumiendo unos compromisos concretos y unos indicadores para medir su cumplimiento.

“Creemos que con las acciones efectivas son la mejor presión para conseguir que los gobiernos avancen más en compromisos concretos”, comenta el vicepresidente de Ethos. “Cuando las personas se ponen a actuar obligan a los líderes a apresurar el paso para colocarse delante”.

¿Qué pasa si alguien incumple los compromisos adquiridos? “Quién declara y no cumple pierde reputación. Si Ethos se compromete a algo y luego no lo cumple, va a perder su credibilidad para trabajar con las empresas”, responde Itacarambí. “Las empresas no están obligadas a declarar, es voluntario, si lo hacen es porque lo consideran importante, pero si no lo cumplen van a perder reputación, lo que significa perder valor en el mercado”.

Se trata de un mecanismo muy simple, pero que puede ser mucho más fuerte de lo que parece para avanzar en sostenibilidad sin esperar a nadie. “A partir de las declaraciones individuales podemos generar acciones colectivas de gran impacto, porque alguien puede ver lo que han declarado otros y querer seguirles”, detalla el brasileño. Además, se pueden dar casos muy interesantes. “Es muy probable que una empresa no quiera declarar, pero también puede haber en esa misma empresa personas que sí quieran hacerlo”, incide Itacarambí. “Pongamos que hay una empresa con 1.000 funcionarios y de repente 800 de esos funcionarios declaran compromisos. ¿Puede esa compañía dejar de asumirlos también?”.