A la vez que se negocia en la Cumbre de la Tierra, en un complejo a las afueras de Río de Janeiro (Ríocentro), se celebran también cientos de actividades de todo tipo por toda la ciudad. Hay desde movimientos indígenas a grupos musicales. Y también muchos empresarios. Uno de los principales encuentros de la esfera económica se celebró el martes en el Fuerte de Copacabana (un fuerte militar convertido en espacio cultural junto a la playa) y contó con la participación de algunas de las principales empresas energéticas brasileñas, como Itaipú Binacional y Eletrobras. Allí, hablamos con Carlos Cavalcanti, director de Infraestructuras de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP), una organización que representa el 42% del PIB de todo Brasil.

“En las próximas décadas va a haber una gran necesidad de energía para suministro e industrialización en América del Sur, África y Asia. Nosotros apostamos como fuente de energía eléctrica que permita esta expansión por la energía hidroeléctrica, estos tres continentes tienen muchas recursos hídricos aún inexplorados. En cuanto a los combustibles, entendemos que los países deben apostar por la producción de biocarburantes”, comenta el brasileño.

“España puede aportar mucho en nuevas tecnologías en energía", asegura Cavalcanti. “La eólica es ya una realidad y ya ha hay empresas españolas que han tenido un papel muy importante en el desarrollo de esta energía en Brasil. En cuanto a la energía solar, en la que también tienen intereses empresas españolas, el problema hoy en día es la competitividad. El coste de generación de energía eléctrica en Brasil a partir de la hidroeléctrica es de cerca de 40-45 dólares y el coste de la energía solar es mucho mayor".

"Yo no tengo ninguna duda, como persona que estudia las cuestiones de energía, que en el futuro la energía solar va a suministrar prácticamente todas las demandas energéticas humanas. La energía solar es una apuesta fundamental, pues será el elemento más importante en generación. Pero para universalizar el uso de esta tecnología se tiene que conseguir mayor competitividad y eficiencia", comenta el empresario, que también apuesta por lo "verde". "La energía verde no es el producto, la energía verde es la forma de producirlo. El concepto de huella de carbono debe ser tenido en cuenta en todo proceso de producción y de consumo".

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